Mantenga a los geranios floreciendo, pellizcando las flores viejas y cortando las ramas más largas. Esto fomenta el desarrollo de follaje más arbustivo y más floración. Al eliminar las flores muertas, el geranio pone su energía en una nueva producción de crecimiento. Por esta razón, también es importante eliminar las ramas u hojas muertas o enfermas.
Cada vez que hay ramas largas que no tienen ninguna floración presente, estas ramas se deben retraer para estimular el desarrollo de más puntas de crecimiento, lo que lleva a más flores. Los geranios son amantes de la humedad, y es importante mantenerlos húmedos y no permitir que se sequen entre riegos. Sin embargo, también es importante que el suelo se drene bien y que las raíces de los geranios no permanezcan empapadas entre riegos.
Los geranios necesitan al menos seis horas de luz solar cada día, y cuando no lo consiguen, su frecuencia de floración disminuye. Asegúrese de que la ubicación de la siembra esté recibiendo la cantidad adecuada de luz y, de no ser así, considere mover los geranios a una ubicación diferente. La fertilización también es clave para la floración continua. Un fertilizante con alto contenido de fósforo es eficaz para estimular la floración y debe usarse una o dos veces durante la temporada de crecimiento.