Las cocinas solares funcionan al aprovechar los rayos del sol y concentrarlos en un área pequeña. Después de un período de tiempo, la temperatura dentro de una cocina solar sube mucho y cocina los alimentos. Por lo general, las cocinas solares no requieren energía y dependen de superficies reflectantes o lentes para funcionar.
Las cocinas solares varían en diseño, pero muchas cuentan con una cámara forrada con superficies reflectantes, como papel de aluminio y una ventana transparente, de plástico o vidrio, a través de la cual entra la luz solar. Cuando la luz del sol pasa a través de plástico o vidrio, su espectro cambia, y gran parte de la radiación ultravioleta se filtra. Sin embargo, esta luz filtrada se transforma en calor, lo que aumenta la temperatura dentro de la cocina solar.
Alternativamente, las cocinas solares a veces están diseñadas para funcionar sin un espacio cerrado. En tales diseños, la comida se suspende sobre las superficies reflectantes. Las superficies reflectantes concentran los rayos del sol directamente en los alimentos en estos tipos de cocinas solares.
Los campistas utilizan a menudo las cocinas solares, ya que no requieren combustible ni recursos para funcionar, excepto el sol. Las cocinas solares también son populares para deshidratar frutas, carnes y verduras para hacer carne seca. Las cocinas solares son más efectivas en lugares con luz solar fuerte y constante.