La lavanda y la menta repelen naturalmente a las polillas. Otros remedios naturales para evitar las polillas incluyen el ginseng, el romero, los clavos y el tomillo. El aceite de citronela también ayuda a repeler las polillas.
Las bolas de algodón sumergidas en aceite de lavanda y los sobres rellenos de lavanda seca ayudan a repeler las polillas. La menta es otro repelente de polillas que requiere llenar una bolsa con hojas de menta secas o esparcir hojas de menta alrededor de las instalaciones donde las polillas son molestas. La madera de cedro ha sido reconocida por mucho tiempo como repelente de polillas y los bloques de cedro o las astillas de cedro repartidos por el área de infestación son extremadamente útiles. Con el tiempo el cedro comienza a perder su aroma. Lija ligeramente el bloque de cedro o compra aceite de cedro y aplícalo en el bloque para rejuvenecer el aroma. Si se usan virutas de cedro, reemplácelas cuando pierdan su aroma.
Mezcle ginseng, romero, clavos y tomillo y colóquelos en bolsas de bolsitas para repeler las polillas durante meses. Reemplace el contenido cuando las hierbas pierdan su aroma. Otro truco simple consiste en usar bombillas de luz amarilla en lugar de las blancas. Las polillas prefieren la luz más brillante y las bombillas blancas producen más luz que las amarillas. El aceite de citronela aplicado a las luces durante el día también ayuda a prevenir las polillas. Aplique el aceite durante las horas de luz y deje suficiente tiempo para que se seque. Una vez que llega la noche y se enciende la luz, el aceite se calentará y mantendrá alejadas a las polillas. Repita este método cada día durante la temporada de la polilla.