Los hindúes celebran Diwali, el festival de las luces, principalmente al encender lámparas de aceite de loza llamadas diyas y colocarlas alrededor de templos, casas y negocios, o hacer que floten sobre cuerpos de agua. También limpian su los hogares, usan ropa nueva y festiva, intercambian regalos de dulces y frutas secas, disparan fuegos artificiales, inician nuevos libros de cuentas de negocios, abren sus puertas y ventanas para admitir la prosperidad y se entregan al juego.
Diwali dura cinco días, generalmente desde finales de octubre hasta principios de noviembre. Los días exactos se calculan de acuerdo con el calendario lunar hindú. Cada día tiene un significado especial y ceremonias de acompañamiento, y el cuarto día, según el calendario de Vikrama, es el comienzo del mes lunar Karttika y el primer día del nuevo año.
Las leyendas que acompañan al festival varían en diferentes partes de la India. En el norte de la India y en otros lugares, la leyenda celebra el regreso de Rama del exilio después de derrotar a Ravana y al ser coronado rey de Rama. En Gujarat, la gente honra a Lakshmi, diosa de la riqueza. En Bengala, la diosa Kali es adorada. En Nepal, la gente recuerda la victoria de Lord Krishna sobre el demonio Narakaasura. Para los jainistas, el día conmemora el paso de Mahavira al nirvana. Los sikhs celebran el regreso de Guru Hargobind a Amritsar. Sin embargo, en cada parte de la India, Diwali celebra la victoria de la luz sobre la oscuridad y el bien sobre el mal.