Las personas con diferentes antecedentes culturales tienen diferentes expectativas, normas y valores, que a su vez tienen el potencial de influir en sus juicios y decisiones, así como su comportamiento posterior, según el Boletín del Consejo de Subsidios de Investigación de Hong Kong China. Los valores culturales también determinan qué se considera correcto o incorrecto para una persona y cómo se interpreta el resultado de una situación.
Los valores culturales se transmiten de generación en generación a través de un entendimiento compartido de creencias, actitudes, significados y jerarquías. Cuando se enfrentan a una decisión, los individuos usan valores culturales para determinar el curso de acción apropiado. Las personas tienden a tomar decisiones de una manera que se ajusta a las creencias culturalmente mediadas sobre la moralidad. Si los valores culturales de una persona fomentan rasgos como la honestidad y la integridad, es más probable que esa persona siga las tácticas éticas de toma de decisiones en comparación con los valores culturales de la persona, no enfatice la importancia de esos rasgos.
Aunque los valores culturales desempeñan un papel importante en la toma de decisiones, investigaciones recientes muestran que las normas y valores culturales no son los únicos criterios para influir en el comportamiento. El entorno situacional también tiene un efecto en la medida en que los valores y las normas culturales afectan el proceso de toma de decisiones. Además, cuando las personas trabajan juntas en un proyecto, las personas tienden a asumir los valores fundamentales del grupo.