Las diversas formas de los medios de comunicación afectan a las elecciones presidenciales, principalmente por la inclinación que cada uno elige tomar para informar sobre un candidato o partido. El sesgo personal de un reportero o red a menudo aparece en una noticia, incluso cuando no está destinado.
Los medios de comunicación desempeñan un papel cada vez más importante en las elecciones presidenciales. Uno de los primeros incidentes más obvios ocurrió en la elección de 1960, la primera vez que la televisión jugó un papel tan importante. El presidente Kennedy, con su juventud, buena apariencia y encanto, atrajo más al público televisivo que el entonces vicepresidente Richard Nixon, quien se dijo que se veía incómodo y, por lo tanto, no tan seguro. Ahora que la mayoría de los candidatos se preparan para las apariciones en televisión, ese problema no es tan importante. Los reportajes periodísticos, sin embargo, se han vuelto menos objetivos. Las redes enteras están dedicadas a sesgos más conservadores o más liberales. Incluso las redes que desean aparecer objetivas no siempre tienen éxito. Los periódicos y las revistas respaldan a los candidatos en particular, y sus informes a menudo favorecen a esos candidatos al menos hasta cierto punto. Las imágenes utilizadas, las preguntas formuladas y las historias elegidas para la presentación de informes desempeñan un papel importante en la forma en que un candidato ve al público estadounidense. La mayoría de los estadounidenses no tienen la oportunidad de hablar con un candidato, así que lo que saben sobre él es lo que escuchan o leen en los medios de comunicación.