Según Marketing Bones, la publicidad promete a la sociedad muchas cosas; más a menudo promete la felicidad. A través de la publicidad, las empresas pueden influir en la forma en que las personas llevan sus vidas y percibir sus necesidades y deseos al ver un anuncio.
El objetivo de la publicidad es vender un producto. Las campañas publicitarias utilizan una variedad de estrategias sofisticadas para establecer una relación con el cliente de modo que puedan vincularse emocionalmente con el producto a lo largo del tiempo. Como resultado, el producto se convierte en parte de la rutina diaria de una persona, lo que hace que sea más probable que compren una oferta de productos similares de la compañía en el futuro.
La publicidad se ha convertido en una parte dominante de la vida moderna. Se ve en todas partes, desde la pantalla del televisor hasta las vallas publicitarias en la calle. Aunque es un tema muy debatido, la mayoría de los expertos están de acuerdo en que la publicidad tiene un impacto en la vida de las personas debido al vínculo emocional creado con ciertos productos. De acuerdo con Marketing Bones, la publicidad ha ido más allá de la propuesta básica de una relación estable con el producto en sí, ya que la publicidad de hoy tiene productos que se supone deben amar al consumidor. Una relación tan simbiótica entre el consumidor y el producto es la razón principal por la que la publicidad afecta la vida de las personas.