La minería y el uso del carbón para generar energía tienen un impacto significativo en el medio ambiente, lo que provoca la contaminación del aire, el nivel freático y el suelo. A medida que pasa el tiempo, la contaminación del aire también contribuye al cambio en el clima, creando más temperaturas extremas, particularmente en términos de olas de calor. Estos tipos de daños para el medio ambiente significan que, aunque el carbón es barato de extraer y producir, definitivamente vale la pena buscar otras fuentes de energía que sean más limpias.
Las plantas de energía generadas por el carbón producen contaminación del aire con una cantidad de toxinas, entre ellas los óxidos de nitrógeno, el dióxido de azufre, los metales pesados y las partículas. Tener estos venenos en el aire conduce a smog en el área, lluvia ácida, venenos en todo el ambiente y efectos en los sistemas respiratorios, cerebrovasculares y cardiovasculares de las personas que viven en el área.A partir de 2012, las centrales eléctricas de carbón contribuyeron con un tercio de todas las emisiones de dióxido de carbono de los Estados Unidos, lo que lo convierte en un factor importante en el calentamiento global. Para las personas que trabajan en las minas de carbón, el polvo de carbón que se eleva durante la minería y el transporte conduce a problemas respiratorios graves y posiblemente fatales.
Sin embargo, no todos los problemas tienen que ver con el aire. El drenaje ácido de la mina se refiere al agua ácida que fluye de las minas metálicas o de carbón. Esto contamina los cursos de agua y afecta negativamente a las plantas y árboles que son regados por ellos.