El cloro se puede usar para destruir organismos vivos como el moho negro. Sin embargo, no se recomienda el uso de químicos como el cloro en la limpieza de rutina del moho. La lejía nunca debe mezclarse con otras soluciones de limpieza o detergentes, ya que la mezcla podría producir humos tóxicos.
El moho debe limpiarse de las superficies con detergente y agua. A continuación, se debe dejar secar completamente. Los materiales absorbentes, como las alfombras, deben desecharse. Los propietarios de viviendas pueden mantener el moho bajo control asegurándose de que la casa se mantenga seca. Esto se puede lograr con un deshumidificador, que reduce el nivel de humedad interior por debajo del 60 por ciento.