Las instrucciones de funcionamiento para un cubo de Rubik consisten en colocar las manos a ambos lados del dispositivo y girar uno o dos segmentos para rotar los colores a una nueva posición. Cada segmento es capaz de moverse en dos direcciones, tanto en orientación horizontal como vertical.
Un cubo de Rubik es un rompecabezas tridimensional que se compone de 36 cuadrados pequeños que forman un cubo, con cada lado del cubo que contiene un color diferente. Manipular el cubo implica torcer uno de sus segmentos, que consiste en un panel de nueve cuadrados y sus piezas de borde de conexión, en un movimiento hacia la derecha o hacia la izquierda. Cada segmento de nueve cuadrados del cubo es capaz de realizar tal movimiento, con nuevas opciones de movimiento disponibles según la orientación del cubo. Al torcer cualquiera de los segmentos, se cambian todos los colores del lado visible a una nueva ubicación.
Resolver el rompecabezas implica mover las piezas del cubo para que cada uno de los seis lados tenga un solo color sólido visible. Algunas soluciones también implican obtener un solo color sólido para un lado o una serie de combinaciones de colores. Como no es posible quitar las piezas del cubo más grande, la solución implica rotar las piezas en segmentos. Esto también significa que es imposible crear un rompecabezas sin solución en el cubo sin alterar su construcción.