El poema "homenaje a mis caderas" de Lucille Clifton está destinado a transmitir el abrazo de la feminidad y su cuerpo del autor. Ella usa metáforas en todo el poema para expresar su aceptación de su propio cuerpo para instar a otras mujeres a hacer lo mismo. El poema también desafía las normas sociales que se aplican a las mujeres y al ideal de belleza. Además, Clifton alude a la necesidad de empoderar a las mujeres.
En las primeras líneas de "Homenaje a mis caderas", Clifton describe cómo sus caderas son grandes y cómo "no encajan en pequeños lugares mezquinos". Esta línea explica cómo el tamaño y la forma de sus caderas no encajan en el ideal de belleza socialmente aceptado de la delgadez. Luego habla de que sus caderas son libres y de que "estas caderas nunca han sido esclavizadas". Se supone que esta línea simboliza la creencia del autor de que las mujeres están sujetas a ciertos estándares, especialmente cuando se trata de la apariencia y el tipo de cuerpo. En este sentido, la autora utiliza esta afirmación sobre sus caderas para aludir al hecho de que algunas mujeres están esclavizadas por las normas y expectativas sociales si no pueden aceptar su cuerpo tal como es. Clifton termina el poema diciendo: "estas caderas son caderas mágicas, las he conocido para que pongan un hechizo en un hombre y lo hagan girar como una peonza". Clifton luego está expresando cómo está habilitada, a pesar del hecho de que sus caderas no pueden encajar en el ideal de belleza.