Ubicada en la península de Yucatán, la ciudad maya de Chichén Itzá fue construida con bloques de piedra caliza cincelados en canteras cercanas. Los bloques estaban tan finamente cortados que encajaban sin mortero. El gran peso de la piedra caliza estabiliza las estructuras, algunas de las cuales tienen casi 1.000 años de antigüedad.
Este sitio del Patrimonio Mundial de la UNESCO tiene elementos de los estilos arquitectónicos maya y tolteca. Una de las estructuras más notables es El Castillo, la pirámide escalonada de Kukulkan. La pirámide está cubierta de tallas, incluidos los contornos de serpientes gemelas a lo largo de la escalera, que conducen a cabezas de serpientes talladas en la parte inferior.
Otras estructuras que han sobrevivido a los terremotos y la erosión de la piedra caliza incluyen el Templo del Guerrero, El Caracol, un antiguo observatorio y las canchas de pelota. Existe evidencia de que algunas de las paredes talladas fueron pintadas en colores llamativos, pero hoy en día las tallas intrincadas de escenas de batalla y varias deidades son en su mayoría de piedra desnuda.
La ciudad se construyó cerca de dos cavernas de piedra caliza que contenían un suministro de agua subterránea. Llamados "cenotes", estas cisternas se encuentran en todo Yucatán. En Chichén Itzá, nadie está realmente seguro de si el secado de estos dos cenotes condujo al eventual abandono de la ciudad o si la caída de Chichén Itzá tuvo matices políticos. La respuesta puede encontrarse algún día en los bloques de piedra caliza tallada de esta antigua ciudad.