Todas las células del cuerpo trabajan constantemente para tratar de mantener la homeostasis, lo que significa que las células están tratando de mantener las condiciones del cuerpo en todo momento. Para hacer esto, las células deben deshacerse de cualquier producto de desecho que encuentre y desechar, y este proceso se conoce como eliminación de desechos celulares.
Las células del cuerpo se involucran en comportamientos muy complejos en un intento por sobrevivir. Las células trabajan arduamente para eliminar todos los tipos de desechos, incluidos los químicos tóxicos y los organismos enfermos. Las partes de una célula que se descomponen y mueren también deben eliminarse del cuerpo. Si estos desechos celulares no se eliminan de manera continua, el cuerpo se vuelve tóxico y la enfermedad a menudo se desarrolla.
El proceso de eliminación de desechos celulares se basa en el orgánulo llamado lisosoma. El lisosoma es un bolsillo especial dentro de las células que contiene sustancias llamadas enzimas, que descomponen los desechos celulares. Los lisosomas ayudan a descomponer y eliminar las células viejas y desgastadas, y también eliminan los desechos que se forman en las células más sanas. Si los lisosomas no pueden sacar todos los desechos de las células, ocurre un proceso conocido como exocitosis, que es cuando los desechos restantes se mueven desde el citoplasma hacia el exterior de una célula.