No hay un plato nacional único de Italia, ya que cada región tiene variaciones locales en los platos clásicos. Platos como pizza, pasta, polenta y minestrone caracterizan la cocina italiana tradicional.
Hay cientos de tipos de pizza, cada una de las cuales es exclusiva del pueblo o ciudad local. Lo mismo ocurre con la pasta, donde incluso las distancias más pequeñas pueden dar lugar a marcadas diferencias gastronómicas. La polenta, un plato del norte de Italia, tiende a tener un sabor consistente. Es un plato hecho de harina de maíz que se tritura en una consistencia parecida a una papilla. Minestrone es una sopa espesa que se elabora con ingredientes como la pasta y las verduras.