Los colores complementarios que están opuestos entre sí en la rueda de colores, como el amarillo y el violeta, crean esquemas de color bien equilibrados. Los colores monocromáticos también funcionan bien juntos cuando se combinan diferentes tonos, matices y tonos del mismo tono. Para un contraste más intenso, use un esquema de color de tríada, como rojo, amarillo y azul, al emparejar tres colores que estén espaciados uniformemente en la rueda de colores.
Las observaciones de Sir Isaac Newton sobre el espectro de luz inspiraron la teoría del color actual, que se basa en una rueda de 12 colores. La primera categoría incluye los colores primarios rojo, amarillo y azul, que no se pueden crear a partir de otros colores. Los colores secundarios naranja, verde y violeta son una combinación de dos colores primarios, y los colores terciarios, como rojo-naranja y azul-verde, se crean mezclando un color primario con un color secundario adyacente.
Los complementos directos y las triadas son los colores más fáciles de combinar. Por ejemplo, el familiar esquema de color navideño de rojo y verde funciona bien porque estos colores son opuestos directos. Un esquema complementario dividido combina un color con los dos colores junto a su complemento, como naranja, azul-violeta y azul-verde. Para obtener menos contraste y un cambio gradual en la intensidad del color, combine colores análogos que estén adyacentes en la rueda, como rojo, rojo violeta, violeta y azul violeta.
Mezclar tonos con negro crea tonos, agregar blanco crea tonos y agregar gris crea tonos. Para un esquema monocromático, elija un tono básico, como el azul, y combínelo con otros azules de diferente intensidad.