La lejía contiene productos químicos que tienen cualidades corrosivas y pueden ser fatales si se ingieren en grandes cantidades. Ingerir cantidades más pequeñas generalmente causa irritación y problemas menores en el sistema digestivo, ojos y nariz.
Productos químicos como el hipoclorito de sodio en lejía son la causa de sus propiedades potencialmente dañinas. El hipoclorito de sodio no es mortal en cantidades pequeñas y diluidas, pero puede causar irritación leve y ardor en los sistemas respiratorio y digestivo.
Si se ingiere una gran cantidad de estos productos químicos, las propiedades corrosivas que contienen pueden provocar shock cardíaco, delirio o coma. La gravedad de estos síntomas y el daño al sistema nervioso y al corazón en última instancia pueden resultar en la muerte.
