El cobre se usa para el cableado eléctrico debido a su alta conductividad eléctrica, maleabilidad y resistencia. El cobre también es resistente a la corrosión y oxidación, lo que lo hace confiable y rentable.
El cobre y el aluminio son dos metales comerciales comunes utilizados para el cableado eléctrico, y cada uno tiene sus ventajas y desventajas. El cobre, que se usa más comúnmente, conduce mejor la electricidad, lo que hace posible conducir una corriente más grande que un cable de aluminio con el mismo diámetro. El cobre no experimenta fluencia, que es la contracción y expansión de los materiales debido al cambio de temperatura, lo que lo convierte en un material más seguro de usar al eliminar el cableado suelto. Las ventajas del cableado de aluminio incluyen una mayor asequibilidad y su naturaleza liviana.