Las arañas no tienen huesos. Son artrópodos y, como todos esos organismos, tienen esqueletos externos que son el principal soporte para sus músculos. Sus exoesqueletos consisten en cutículas con articulaciones en la superficie que les permiten moverse.
La cutícula de una araña se compone de cuatro capas. Los insectos, en contraste, tienen cutículas con solo tres capas. Las cutículas de arañas e insectos consisten en una mezcla de proteínas y fibras de quitina. Las arañas tienen un esqueleto interno limitado, pero no está hecho de hueso. Este pequeño endoesqueleto contiene colágeno y está formado por placas que no se articulan entre sí como lo hacen los huesos del esqueleto de los vertebrados.