Conectar un termostato a una unidad de aire acondicionado no tiene riesgo de electrocución debido a la baja tensión utilizada, pero algunos sistemas de calefacción usan cables que transportan una cantidad de energía potencialmente mortal. Los sistemas más antiguos son especialmente peligrosos.
Los sistemas de calefacción y refrigeración del hogar varían considerablemente en potencia. Algunos sistemas usan líneas de 24 voltios, mientras que otros pueden llevar 110 o 220 voltios de corriente. Si bien los cables de 24 voltios pueden causar descargas dolorosas, los cables de 110 y 220 voltios pueden causar quemaduras graves e incluso la muerte.
Algunas normas hacen que el reemplazo de un termostato sea relativamente seguro para aquellos que entienden lo básico de la electricidad y las pautas básicas de seguridad, pero los fabricantes pueden usar diferentes componentes, lo que podría causar confusión para los inexpertos. Además, los errores simples también pueden dañar el equipo, lo que lleva a reparaciones costosas muy por encima de lo que costaría contratar a un experto.
Los sistemas más antiguos a menudo son más peligrosos que los sistemas más nuevos. Las regulaciones eran menos estrictas en el pasado y las instalaciones personalizadas pueden depender de un cableado no estándar. Además, los cables se degradan con el tiempo y su aislamiento puede romperse, lo que conlleva un alto riesgo de cortocircuitos y arcos eléctricos.
Los expertos suelen aconsejar a los propietarios de viviendas con sistemas que utilizan alto voltaje y aquellos con sistemas más antiguos que contraten a un experto. Afortunadamente, los reemplazos de termostatos son tareas bastante rápidas, por lo que el costo de traer ayuda experta es pequeño en comparación con las mejoras de eficiencia que los termostatos más nuevos pueden producir.