Sin intervención humana, una hoja tarda aproximadamente dos años en descomponerse naturalmente. La cantidad real de tiempo de descomposición se ve afectada por factores que incluyen el calor, el tipo de hoja y la cantidad de exposición al oxígeno .
La descomposición se puede acelerar triturando o cortando las hojas, lo que se hace fácilmente con una cortadora de césped, y luego se coloca en un área bien ventilada con abundante oxígeno. La humedad también ayuda con el proceso, por lo que las hojas deben mantenerse fuera de la luz solar directa. Las hojas de roble tienden a tardar más en descomponerse, mientras que las hojas con un mayor contenido de azúcar se desintegran más rápidamente que otras.