Los dos símbolos más comunes del Sacramento de Reconciliación son las llaves de San Pedro y la estola púrpura llevada por el sacerdote. También conocido como confesión o confesión, el Sacramento de Reconciliación es el medio normal por el cual los católicos son perdonados por los pecados post-bautismales.
El símbolo de las llaves se origina en el capítulo 16 del Evangelio de Mateo. La creencia católica sostiene que en los versículos 18 y 19, Cristo le dice a Pedro que él es la roca sobre la cual se construirá la Iglesia y que le está dando las llaves del reino de los cielos donde todo lo que ata y suelta en la tierra también está atado y desatado en el cielo. Los católicos también citan Juan 20: 21-23, donde Jesús les dice a los apóstoles que cualquier pecado que perdonen en la tierra se perdona en el cielo, como base bíblica para la Santa Cena.
La estola es un símbolo del sacerdocio ordenado. La Iglesia enseña que cada vez que un sacerdote celebra los sacramentos, actúa en la persona de Cristo. El color púrpura simboliza el dolor y el arrepentimiento, y siempre lo lleva el sacerdote durante las temporadas penitenciales de Cuaresma y Adviento. Para que una confesión sea válida a los ojos de la Iglesia, el penitente debe sentir una verdadera contrición por sus pecados y el sacerdote debe usar las palabras "Te eximo de tus pecados".