A partir de 2014, la asignación de ingresos en Nigeria es un tema altamente controvertido y politizado que el gobierno federal afirma que está orientado a limitar la competencia intergubernamental, permitiendo a diferentes niveles de gobierno cumplir con las obligaciones del público y fomentar un crecimiento económico equilibrado. Los críticos sostienen que el sistema de asignación existe para centralizar el dinero y el poder en manos de funcionarios federales corruptos.
Todos los ingresos acumulados de los recursos naturales de Nigeria se dispersan de la participación del gobierno centralizado conocida como la Cuenta Federal. A partir de 2014, las pautas para la asignación de ingresos en el país están establecidas por la Comisión Fiscal y Asignación de Movilización de Ingresos, un organismo permanente y autónomo encargado de revisar la autoridad fiscal de la nación. La organización revisa y asesora las fórmulas y los principios de asignación para ajustarse a las cambiantes circunstancias fiscales. Sin embargo, la asignación final la establece el órgano legislativo de la nación, la Asamblea Nacional.
Hablando en términos generales, la distribución es la siguiente: el gobierno federal recibe el 56 por ciento, los gobiernos estatales reciben el 24 por ciento y los gobiernos locales reciben el 20 por ciento. Las fórmulas además dictan la asignación a los gobiernos estatales y locales por tierra y terreno. Finalmente, se establecen límites estrictos en la utilización de todos los ingresos acumulados de los recursos naturales.