La desgasificación es un peligro común para la salud asociado con las alfombras sintéticas hechas de polipropileno u olefina. Las fibras de alfombra hechas de materiales sintéticos emiten compuestos orgánicos volátiles al aire que causan síntomas como dificultad para respirar, mareos, dolores de cabeza y náuseas. La exposición a largo plazo puede causar problemas cognitivos, pérdida de la audición y linfomas.
Las alfombras de área a veces usan fibras hechas de olefina o un respaldo hecho del material que está unido a una alfombra hecha de una fibra diferente. Muchas alfombras tienen un olor a alfombra nuevo que es el resultado de químicos que liberan vapores en el aire. Las sustancias químicas contenidas en las alfombras de olefinas irritan los ojos y el tracto respiratorio, lo que puede llevar a una variedad de síntomas. Después de instalar nuevas alfombras de área que contienen olefina, las habitaciones deben estar adecuadamente ventiladas durante varias horas para dispersar los humos nocivos. Las habitaciones con alfombras nuevas se pueden ventilar abriendo puertas y ventanas o permitiendo que los sistemas de aire acondicionado funcionen continuamente.
Las alfombras hechas con materiales de olefinas son naturalmente resistentes al agua, lo que las convierte en una buena opción para áreas húmedas como sótanos y piscinas. Las alfombras de olefina hacen un mal trabajo de resistir la suciedad y tienden a ser difíciles de mantener limpias. Una alfombra de olefina también atrae grasa y aceite, lo que lleva a que aparezcan patrones de tráfico en la superficie de la alfombra. Arrastrar muebles a través de una alfombra de olefina puede crear marcas de quemaduras debido a su bajo punto de fusión.