La incorporación pesada de tecnología en los métodos de enseñanza en el aula invade el valioso tiempo en el aula cuando los maestros se ven obligados a enseñar a ciertos niños a usar las computadoras antes de que las lecciones puedan avanzar, señala Julia Klaus de Sinónimo. Esto puede dificultar la calidad del aprendizaje de los niños, ya que muchos estudiantes aprenden mejor a través de las interacciones con los maestros y los proyectos prácticos. Los estudiantes pueden distraerse fácilmente con la tecnología y no seguir trabajando con sus tareas.
Como explica Alice Martin de Edudemic, el uso excesivo de la tecnología en general está causando que los niños se vuelvan un poco adictos a la gratificación instantánea que brindan los juegos y la interacción social en línea, lo que hace que los niños pierdan la paciencia cuando son alejados de sus computadoras. La forma en que los niños se comunican entre sí a través de las redes sociales es su propio sublanguage abreviado que puede hacer que los niños descuiden la importancia de la escritura adecuada y las habilidades gramaticales. La generación más joven está acostumbrada a recibir información a la velocidad de la luz, y Martin cree que esta dependencia de la tecnología está corrompiendo la capacidad de los niños para mostrar paciencia y perseverancia en situaciones en las que no obtienen inmediatamente lo que quieren. El uso excesivo de la tecnología también está generando hábitos poco saludables en los niños que no renuncian al uso de las consolas de juegos y las computadoras para participar en actividades físicas, deportes y ejercicios.