La mayor desventaja de la conmutación de paquetes, que transfiere información digital en bloques discretos en lugar de en un flujo continuo, es que los datos llegan en paquetes que se deben volver a montar en el punto de recepción. Cuando los paquetes se enrutan a través de varios adaptadores de red, buffers y switches, pueden llegar a su destino fuera de su secuencia original. Esto hace que la tecnología sea menos que ideal para aplicaciones como la voz a través de Internet.
Un método alternativo de entrega de datos es la conmutación de circuitos, que requiere una conexión continua y punto a punto entre la transmisión y la recepción. Un ejemplo de conmutación de circuitos es la llamada telefónica. La conmutación de paquetes es más barata porque el usuario paga una tarifa por unidad de datos mientras que la conmutación de circuitos se cobra por el tiempo de conexión. Por esta razón, se prefiere la conmutación de paquetes para transmitir datos, mientras que la conmutación de circuitos es el método preferido para la voz.
Los mayores impedimentos para el cambio de paquetes para aplicaciones de voz son la latencia (retardo) y la mala calidad de la voz, porque los paquetes que contienen señales de voz pueden llegar al destino (oyente) en varios momentos y fuera de orden. Con la conmutación de paquetes, los bloques de datos buscan las rutas más eficientes para la transmisión a medida que los circuitos están disponibles, lo que es económico para transmitir grandes cantidades de datos. Internet se basa en la conmutación de paquetes, pero la mayoría de las empresas tienen un sistema híbrido que emplea ambos métodos de transmisión.