Algunos de los problemas comunes con los sillones reclinables eléctricos son el corte de suministro, los problemas de energía, los transformadores dañados, el cable pinchado, los problemas de tensión y las sobrecargas de energía. Estos problemas pueden ocurrir al configurar el sillón reclinable por primera vez o después de un uso prolongado.
Las fábricas instalan correas en la parte inferior del sillón reclinable para evitar que se abran o se desplacen durante la entrega. Uno tiene que quitar las correas cortándolas con unas tijeras domésticas para que el reclinador funcione.
Los problemas con la alimentación, como las conexiones de alimentación deficientes, pueden hacer que los reclinadores de potencia fallen. Debe asegurarse de que la toma de corriente esté operativa y que el interruptor de pared que lo controla esté encendido. Además, los sillones reclinables eléctricos tienen un transformador reductor que se asienta en el suelo. Si el transformador tiene una luz roja en lugar de una luz verde, el transformador puede estar dañado.
Algunos sillones reclinables eléctricos tienen sus cables instalados en áreas donde se pellizcan, se enganchan o se cortan fácilmente. Un cable cortado hace que la silla pierda potencia. Además, las sobrecargas de energía pueden limitar los interruptores o quemar el transformador.
Con el tiempo, los sillones reclinables pierden tensión, haciendo que no funcionen. Algunos tienen un ajuste para aumentar o disminuir la tensión según sea necesario. Debe seguir el manual del propietario para ajustar la tensión, si es necesario.