Aunque Afrodita es una figura poderosa en la mitología griega, tiene su propia debilidad que incluye la infidelidad, la vanidad, los celos y un mal genio. La diosa griega del amor, la belleza y el placer es conocida para encantar a cualquiera que la vea con sentimientos de amor o lujuria.
Afrodita poseía poderes cautivadores de la sexualidad. Otros dioses y diosas temían su potencial para interrumpir la paz entre ellos, lo que podría conducir a la guerra o al conflicto. Debido a esto, Zeus la casó con el dios, Hephaestus. No fue visto como una amenaza debido a su aspecto feo y deformado.
Extremadamente vano, Afrodita no estaba satisfecha con su matrimonio con el feo dios. Ella fue repetidamente infiel, conocida por entretener a varios amantes, tanto dioses como hombres.
Su comportamiento indeseable fue la causa del conflicto en muchas relaciones. Se sabe que Afrodita termina los matrimonios al robarle el corazón de un hombre a su esposa o amante.
Cada vez que alguien fallaba en adorarla, su temperamento brillaba. A menudo se ponía celosa de otras mujeres que amaban a los hombres que no sucumbirían a su influencia. Afrodita curaría a quienes la despreciaron enamorada, a menudo llevándolos a la muerte.