Los transistores funcionan como amplificadores de corriente o interruptores binarios. Con la amplificación, una pequeña corriente controla una puerta para una mayor corriente. Como interruptores, un umbral de 5 voltios (puerta abierta) es igual al dígito binario uno, menos de 5 voltios (puerta cerrada) es igual a cero binario.
Un transistor tiene una base, un colector y un emisor. La base controla una compuerta eléctrica, el colector es una corriente de suministro eléctrico más grande y el emisor es la salida para ese suministro. La variación de la corriente eléctrica desde la base permite la regulación de la corriente que fluye a través de la compuerta desde el colector y la salida del emisor. Este es un transistor que funciona para la amplificación.
Cuando funciona como un interruptor binario, se utiliza el proceso idéntico de control-puerta /salida. La diferencia es que para que la compuerta esté abierta (dígito binario uno), no puede estar entreabierta figurativamente, ya que dentro de la función de amplificación, se requiere un umbral de 5 voltios. Cualquier valor inferior a 5 voltios recibido desde la base significa que la puerta está cerrada (dígito binario cero). Esta función de transistor es fundamental para todo el procesamiento digital.
Los descubrimientos relativos a los cristales hechos en los Laboratorios Bell a fines de la década de 1940 hicieron posible los transistores. Casi todas las estructuras cristalinas no metálicas son aislantes, no conductores. Algunos cristales, como el germanio y el silicio, cuando se los obliga a crecer con ciertas impurezas, tienen propiedades eléctricas semiconductoras. Las obleas de estos cristales impuros intercaladas entre placas conductoras son transistores.