La principal diferencia entre los detergentes sintéticos y el jabón son los ingredientes utilizados durante la fabricación. Mientras que los detergentes sintéticos están hechos de productos derivados del petróleo, los fabricantes producen jabón de lejía y grasa natural. A diferencia de los jabones, los detergentes sintéticos contienen agentes antibacterianos y conservantes fuertes.
Otra diferencia está en la forma en que el jabón y los detergentes reaccionan con el agua dura. Debido a que el agua dura contiene altas concentraciones de minerales, estas impurezas permanecen en los platos, las superficies y las telas cuando se lavan con jabón, causando decoloración. Sin embargo, los detergentes sintéticos limpian a fondo las telas, los platos y las superficies, incluso cuando se usa agua dura.
A diferencia del jabón natural, un detergente sintético rompe las moléculas de aceite y suciedad en el agua dura. Luego los elimina y los lava, junto con la suciedad del objeto que se lava. Los detergentes sintéticos, como los que se usan en lavavajillas y lavadoras, son más fuertes que el jabón natural. En este sentido, los detergentes fuertes pueden causar irritaciones en la piel y reacciones alérgicas en los cuerpos de las personas.
El hecho de que los detergentes sintéticos estén hechos de subproductos industriales los hace menos biodegradables que los jabones. Los detergentes sintéticos pueden ser la alternativa a los jabones donde los ingredientes para hacer jabón se agotan o se necesitan en otros lugares. Por ejemplo, muchos países están recurriendo al aceite vegetal para la fabricación de combustible biodiesel renovable.