Si bien los horarios individuales pueden variar, la mayoría de las oficinas se limpian diariamente y se limpian a fondo una vez a la semana. El tamaño de la oficina, el número de empleados que la usan y el tipo de mobiliario de oficina tienen una incidencia en su programa de limpieza y en la cantidad de limpieza requerida.
La limpieza básica diaria de una oficina generalmente incluye sacar la basura, barrer o aspirar y desinfectar superficies compartidas, como teclados, escritorios y puertas. Elimine todos los restos de alimentos y bebidas y cepille las áreas de los asientos para mantenerlos libres de polvo. Las computadoras y los equipos electrónicos se benefician del polvo diario para que funcionen de manera óptima. Tenga una rutina diaria de limpieza de baños y salas de descanso para mantener el área de la oficina libre de enfermedades.
Un programa semanal de limpieza a fondo implica limpiar toda la oficina de arriba a abajo. Esto incluye la aspiración y el lavado a fondo de los pisos, el desempolvado o el pulido de todos los muebles, el vaciado de los contenedores, el reemplazo de los revestimientos y la eliminación de las telarañas. Retire todos los artículos de la oficina antes de emprender una limpieza completa y use un trapeador de vapor para obtener un espacio de trabajo inmaculado. La limpieza de la oficina de arriba a abajo también incluye la limpieza de la entrada y los frentes de ventanas y armarios. Si se utilizan persianas o cortinas, cepílelas y lávelas regularmente.