Solucione los problemas de un congelador Whirlpool buscando problemas comunes, como problemas de drenaje de descongelación, problemas de suministro de energía y bobinas de condensador sucias. Comience por revisar los problemas obvios, como los disyuntores desconectados, antes de examinar los problemas que son más complejos.
Si un congelador Whirlpool no funciona, confirme que el cable de alimentación esté enchufado firmemente a una toma de corriente que funcione. Reinicie o reemplace el disyuntor o fusible según sea necesario. Si el congelador no parece lo suficientemente frío y hay un chasquido o un zumbido, el motor del compresor o el relé de arranque pueden estar defectuosos. Un relé de arranque defectuoso hace que el compresor funcione de forma intermitente o no funcione. Reemplace un relé de arranque defectuoso, y si el problema continúa, reemplace también el motor del condensador.
Si el congelador Whirlpool no se está enfriando, el serpentín del condensador puede estar sucio. Cuando los serpentines del condensador están cubiertos de polvo, pelusas y suciedad, no pueden disipar el calor de manera eficiente, lo que afecta el enfriamiento. Las bobinas de condensador sucias solo se pueden reemplazar. Si el problema continúa, examine el termostato de control de temperatura y reemplácelo si está defectuoso.
Si el congelador tiene fugas de agua, es posible que el desagüe del congelador se congele o se obstruya. La acumulación de hielo dentro del congelador indica un desempañador de drenaje defectuoso. Reemplácelo por uno nuevo para resolver el problema.