Muchas creencias supersticiosas tienen una base práctica y lógica, si no es ciencia exacta. A menudo eran soluciones prácticas para algo inseguro y, finalmente, se convirtieron en supersticiones con mala suerte como resultado. Por ejemplo, se cree que abrir un paraguas en el interior es mala suerte, pero en la Inglaterra victoriana, desplegar un gran paraguas de radios de metal en el interior era un peligro para los niños pequeños o los artículos frágiles.
Otra superstición común que tiene base en creencias mágicas es la de caminar debajo de una escalera. La creencia, que proviene de la cultura egipcia, es que una escalera apoyada contra una pared forma un triángulo y el triángulo representa a sus dioses. Sin embargo, evitar caminar debajo de una escalera también tiene un montón de aplicaciones prácticas, ya que la persona que camina debajo de ella podría fácilmente derribarla.
La suerte de los principiantes tiene cierta validez científica, ya que parece reforzar la idea de que los juegos de azar son, en última instancia, de suerte, y que los jugadores profesionales pasan tanto tiempo analizando sus opciones que, de todos modos, pierden. Mientras que el principiante suele jugar por diversión y no se esfuerza por ganar. Una superstición psicológica similar es la mala suerte que viene de tres en tres. Después de que ocurra un golpe de mala suerte, es probable que la víctima busque con más atención los próximos dos golpes de mala suerte.