Un mordiente es un ion que los científicos agregan a una mancha para dar color a varios organismos para que puedan identificarlos mejor. El mordiente se adhiere al tinte químico, lo que ayuda a mantenerlo para que permanezca pegado al organismo. La palabra mordiente en realidad se aplica a cualquier producto químico que mantenga un tinte en su lugar.
Hay muchos tipos de mordientes. Algunos ejemplos de mordientes son la cochinilla, el enojado, el fustic, el osage y la madera de leña. Los mordantes pueden venir en muchas formas químicas, ya sea como sal, hidróxido, aluminio o cromo. Además, los mordientes pueden teñir una gran variedad de sustratos, desde textiles y cuero hasta flores y madera, por lo que no están estrictamente relegados para el reino microscópico.
El alumbre es el mordiente más barato y seguro disponible en el mercado. Por lo tanto, el mordiente común es útil para teñir textiles, especialmente. El sulfato de aluminio y potasio se considera un "verdadero alumbre" debido a su composición química como sal doble de aluminio. Los químicos también usan sulfato de aluminio, pero tiene una diferencia sutil en sus propiedades químicas con respecto a la anterior, ya que es el resultado de cuando se refina la bauxita. El sulfato de aluminio de grado libre de hierro es útil para el teñido natural, pero puede ser más costoso que otros mordientes.
Hay muchas otras aplicaciones para el alumbre en todas sus formas. Plantas de tratamiento de agua, fabricantes de pegamentos, fábricas de papel, productos para la piel y telas son algunos otros ejemplos de cómo los alumbre son ampliamente utilizados en entornos industriales.