En economía, la demanda es la cantidad de bienes o servicios que los consumidores pueden y están dispuestos a comprar a un precio determinado en un momento determinado. La ley de la demanda establece que, si todos los demás factores del mercado permanecen constantes, la demanda de bienes y servicios aumenta a medida que su precio disminuye.
Hay tres tipos de demanda: demanda efectiva, demanda latente y demanda derivada. La demanda efectiva se produce cuando el deseo de los consumidores de comprar un bien o servicio en particular está respaldado por su capacidad de pago. La demanda latente existe cuando los consumidores están dispuestos a comprar un producto en particular, pero carecen del poder de compra para pagar el producto. La demanda derivada existe cuando la demanda de un producto específico está conectada a la demanda de un producto relacionado. Por ejemplo, la demanda de acero está fuertemente relacionada con la demanda de nuevos vehículos. Si la demanda de vehículos nuevos disminuye, es probable que también disminuya la demanda de acero.
Se utiliza una curva de demanda para mostrar la relación entre la cantidad de bienes o servicios demandados y el precio de esos bienes durante un período específico. Las dos razones principales de por qué aumenta la demanda cuando caen los precios son el efecto de sustitución y el efecto de los ingresos. El efecto de sustitución ocurre cuando el precio de un bien en particular cae, lo que hace que el producto sea relativamente más barato que un producto alternativo. Esto anima a los consumidores a cambiar sus gastos del servicio alternativo o bueno. El efecto ingreso se manifiesta cuando el precio de un bien específico cae principalmente porque el comprador puede mantener el mismo consumo con menos gasto.