San Sebastián es venerado por haber difundido el cristianismo en toda Roma, él mismo sirviendo como soldado romano y por haber alentado a los cristianos cautivos a mantener su fe. San Sebastián es el patrón de los atletas y soldados .
La veneración de San Sebastián se remonta al siglo IV, donde fue una figura popular de adoración en Milán, Italia. Ha seguido siendo popular desde entonces y es especialmente querido por los soldados de todo el mundo que lo consideran una muestra de valentía y fortaleza, tanto por su energía en la vida como por su estoicismo en la muerte.
Un factor importante en la veneración de San Sebastián es su martirio. Las purgas promulgadas por el emperador Diocleciano contra los cristianos que vivían bajo su ley barrieron a Sebastián. Fue arrestado por difundir el cristianismo, atado a una estaca en un campo árido, y disparado lleno de flechas por las filas de sus compañeros soldados romanos. La leyenda sostiene que Sebastián fue rescatado por una amable viuda y recuperó la salud, pero que cuando se reunió con Diocleciano para denunciarlo, fue golpeado hasta la muerte por orden del emperador.
La muerte de Sebastián fue una historia ampliamente contada y generó mucha simpatía por los primeros cristianos. Sigue siendo una parte importante de su mística santa y un conductor primordial detrás de su canonización ante los católicos del mundo.