La experiencia de compra en línea es diferente de la compra tradicional en que no requiere viajes, permite comparaciones rápidas de precios y permite a los compradores comprar ropa desde cualquier ubicación que tenga un dispositivo con Internet. A diferencia de las tiendas tradicionales, las tiendas en línea no permiten que los clientes paguen en efectivo o inspeccionen los artículos en persona.
La ubicación es una de las diferencias más importantes entre las compras en línea y las compras tradicionales. Los clientes no necesitan visitar una ubicación específica para comprar en línea; pueden comprar siempre que tengan una conexión a Internet en casa, en la oficina o mientras viajan. La flexibilidad de ubicación de las compras en línea ahorra tiempo y aumenta la comodidad para los consumidores ocupados. Las tiendas en línea también permiten a los clientes comprar en cualquier momento del día o de la noche.
La naturaleza digital de las compras en línea evita la interacción física con el producto. Los clientes que no estén dispuestos a apostar por el tamaño o la calidad deben visitar una ubicación de ladrillo y mortero para probarse la ropa o probar los productos antes de realizar pedidos en línea.
La mayoría de los puntos de venta en línea no permiten la gratificación instantánea de la experiencia de compra tradicional. Los compradores en línea deben esperar a que el pedido sea procesado, enviado y entregado, mientras que los compradores tradicionales salen de la tienda con el artículo en la mano.