La terracota, una arcilla roja que se usa comúnmente para crear piezas de cerámica, azulejos y esculturas, varía en la tonalidad de un color rojo intenso a un color marrón-naranja. El color exacto de la arcilla varía según su composición química exacta y la temperatura a la que se trata.
El enrojecimiento de la arcilla aparece más brillante cuando la arcilla se dispara a altas temperaturas. Si se desea un color marrón, las creaciones de terracota deben tratarse a bajas temperaturas. Las temperaturas que caen entre estos dos extremos tienden a crear tonos cálidos de rojo que tienen matices marrones. Se puede aplicar un esmalte transparente a la terracota para que el matiz final se vea más oscuro.