Jem Finch es valiente, simpático, idealista y noble. En la novela de Harper Lee "To Kill a Mockingbird", su hermana menor, Scout, lo observa crecer y crecer a lo largo de tres años. Inicialmente, la valentía de Jem se manifiesta como un tipo de bravata, limitada solo a impresionar a sus compañeros con actos atrevidos. Sin embargo, durante la novela, se convierte en un joven dispuesto a defender sus ideales.
La madurez y la fuerza de carácter de Jem son especialmente evidentes cuando involucra a Atticus en el intento de fuga de Dill. Scout y Dill intentan castigarlo ignorándolo y excluyéndolo, pero Jem se niega a retroceder por lo que cree que es lo correcto. Su idealismo se enfrenta brutalmente a las realidades de la época en que aprendió el resultado del juicio de Tom Robinson, su temperamento se enfureció cuando declaró que le gustaría terminar con los jurados para siempre. También le grita a Scout, incapaz de hacer frente a su decepción y su desilusión con el sistema legal.
Curiosamente, el crecimiento de Jem se ve a través de los ojos de Scout cuando es testigo de su lenta pérdida de inocencia, uno de los temas centrales de la novela. Su compasión por Tom Robinson finalmente lo lleva a convertirse en un espejo simbólico del hombre, ya que ambos están heridos por el mismo hombre.