Los chistes buenos a menudo se basan en juegos de palabras inteligentes o juegos de palabras, como lo demuestra este chiste: "¿Qué hace un dentista durante un terremoto? La respuesta: "¡Se prepara!"
Una broma divertida sobre aparatos ortopédicos se refiere al estereotipo común de la rubia tonta. En este intercambio, el dentista le dice a una paciente rubia que necesita frenillos. En respuesta, ella pregunta: "¿Pero por qué? ¡Puedo caminar perfectamente bien!" El dentista le explica que los frenillos son para sus dientes y no para sus pies, pero luego ella protesta diciendo que "¡Mis dientes no caminan!"
Otros chistes sobre frenillos incluyen "¿Por qué los ciervos necesitaron frenillos?" La respuesta: "¡Porque tenía dientes de gallo!" Una broma se burla del gasto de tirantes. Un paciente pregunta sobre el costo de conseguir frenillos. El dentista le dice al paciente que el costo total es de aproximadamente $ 15,000. El paciente se levanta inmediatamente y se va. El dentista le pregunta "¿A dónde vas?" El paciente responde con toda naturalidad: "¡Al cirujano plástico que me doble la boca!" La broma aquí es que el costo de la ortodoncia es tan alto que sería menos costoso modificar la boca para que coincida con la dirección de sus dientes que enderezarla.