El comercio internacional puede ayudar a los países a mejorar sus propias economías, así como las de otras naciones involucradas en transacciones comerciales, pero también puede favorecer en gran medida a las grandes empresas, dejando a las pequeñas empresas sin un mercado. Global o internacional El comercio, como el comercio y las ventas a nivel nacional, puede ayudar a las organizaciones a expandir sus redes, llegar a nuevos consumidores y contribuir a un crecimiento económico significativo. Sin embargo, el comercio internacional también puede poner en desventaja a las pequeñas empresas, como las operaciones familiares y locales, ya que no pueden llegar al mismo volumen de consumidores y ofrecer precios competitivos.
Además de ayudar a los países a mejorar sus economías, participar en el comercio internacional permite a las naciones participantes establecer precios y regulaciones que son aceptables para todos. El establecimiento de un marco regulatorio requiere trabajo en equipo y cooperación; esto, a su vez, promueve las buenas relaciones políticas entre las naciones comerciales. El comercio internacional también puede ayudar a las economías de todas las naciones involucradas: abre un nuevo mercado para los países que venden bienes y proporciona trabajos y artículos que los consumidores de las naciones receptoras necesitan. Sin embargo, el comercio global también puede contribuir al daño ambiental porque la producción y el transporte de bienes y productos requieren aviones propulsados por combustible y buques de carga para el transporte. Por último, el comercio global puede beneficiar a sociedades enteras, pero a expensas de organizaciones más pequeñas, lo que lleva a la dominación del mercado por parte de las empresas más grandes y poderosas.