Enseñe a un niño a contar chistes divertidos practicando el chiste con ella para ayudarlo a memorizar, mostrándole que está escuchando a través de acciones de audio y visuales e incorporando elementos familiares para ayudarla a entender los conceptos. También puede contar los chistes para dar un ejemplo y hacer que se sienta más cómoda.
La práctica es uno de los elementos más importantes para enseñar a un niño a contar una broma porque establece una comprensión profunda del material y hace que sea menos probable que se ponga nerviosa durante el parto. Comience por elegir un chiste que sea apropiado para su edad y contárselo a ella primero, para que pueda experimentar el humor de forma natural. Luego, lean la broma juntos y hablen sobre lo que significa ayudarla a memorizarla. Una vez que sepa el chiste, haga que su práctica la cuente para que aprenda a enfatizar las partes correctas.
Cuando ella cuenta el chiste, asegúrate de hacerle saber que estás escuchando y prestando atención a través de tus expresiones faciales y riéndote los momentos apropiados. Esto también la anima durante la actuación y le enseña a leer a una audiencia. También es importante mantener la experiencia agradable y divertida, en lugar de una tarea, para que sea más probable que participe en la actividad y quiera contar chistes en el futuro.