Los hígados de pollo son un alimento seguro para los perros y se pueden servir crudos o cocidos. Según The Daily Puppy, los hígados de pollo están llenos de vitaminas y nutrientes aptos para perros, como la vitamina A, Vitamina B, hierro, proteínas y ácidos grasos omega-3 y omega-6.
Si bien los hígados de pollo son un alimento seguro para los perros, comer demasiados hígados puede causar problemas de salud. Según VetInfo, un exceso de hígado de pollo puede resultar en una sobredosis de vitamina A, lo que podría causar deformidad ósea, espolones óseos, debilidad muscular, rigidez y problemas digestivos. La cantidad de hígado de pollo que un perro puede tener depende del tamaño del perro; cuanto más grande es el perro, más hígados de pollo pueden consumir de forma segura.