La deforestación ocurre en todo el mundo, especialmente en el Amazonas y el Congo. Debido a que los bosques cubren aproximadamente el 30 por ciento del mundo, muchas otras áreas enfrentan la deforestación, incluyendo Canadá, Costa de Marfil, Indonesia y Estados Unidos, según el Instituto de Recursos Mundiales.
Los lugares más conocidos de la deforestación son las selvas tropicales en la Amazonía y el Congo, pero debido a este reconocimiento, hay muchos grupos y esfuerzos de conservación dedicados a combatir el daño. Sin embargo, otras áreas, como Paraguay, a menudo se pasan por alto, según el Instituto de Recursos Mundiales.
La Federación Mundial de Vida Silvestre dice que la deforestación incluye la tala y la agricultura insostenibles, el cambio climático y la tala de edificios y la agricultura. Estos son difíciles de controlar en muchas áreas, porque la población local no tiene educación sobre los efectos de la deforestación. Algunas formas de deforestación, como los incendios forestales, están fuera del control humano y son mucho más difíciles de combatir.
La deforestación provoca un aumento en las emisiones de gases de efecto invernadero, ya que hay menos árboles para procesar este gas. También aumenta la erosión debido a la falta de árboles que sostienen la tierra en su lugar, y un cambio en el ciclo del agua. Educar a la gente sobre la deforestación es una de las formas más importantes de combatirla, pero también es crucial designar áreas protegidas e imponer límites a la tala y tala de árboles.