Los ejemplos de programas de salud social incluyen aquellos diseñados para reducir la incidencia del abuso de drogas y alcohol y prevenir hábitos poco saludables, como fumar en adolescentes. La salud social generalmente aborda los problemas de salud de toda una población, especialmente una población desatendida.
Según los CDC, la salud social se define por cinco variables clave: la biología y genética de una persona, el comportamiento, el entorno social, el entorno físico y el acceso a los servicios de salud. El CDC indica que el sexo, la edad y el comportamiento son importantes para recibir servicios de salud específicos. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades agregan que el objetivo de la salud social es alcanzar la equidad en la salud o brindar a las personas la oportunidad de "alcanzar su máximo potencial de salud" sin discriminación basada en la posición social o las circunstancias. Los temas como la discriminación, los ingresos y el género a menudo se abordan al establecer un programa de salud social o comunitario.
Las condiciones de vida de una persona también afectan la salud social. Por esta razón, los programas de salud social se extienden a condiciones como el hacinamiento.
Según los CDC, la disponibilidad de servicios de salud en una comunidad también es una preocupación importante. Abordar las necesidades de salud de las personas sin seguro médico y brindar atención médica de calidad a los indigentes son dos ejemplos principales de iniciativas de salud social.
La alfabetización en salud, o cómo se comunica o entiende la disponibilidad de servicios de salud, es otra consideración de los programas de salud social. La información, según los CDC, debe definirse claramente para que las personas puedan tomar decisiones informadas sobre su salud.